El desembarco de este gigante de los hipermercados en Salamanca fue todo un acontecimiento. Los salmatinos, ni en los mejores sueños podían imaginar lo que PRYCA significaría para la ciudad de ahí en adelante. Con su implantación se abrieron nuevas vías que sacaban de su aislamiento por su zona oeste al barrio Garrido. Gracias a él los orihundos del norte del barrio ya no teníamos que llegar hasta la plaza de toros de La Glorieta cuando decidíamos ir a probar las propiedades de las aguas clorales del cuidado recinto de La Sindical. La apertura de este coloso del consumo posibilitó que muchos jóvenes diéramos suelta a nuestras ansias aventureras y nos decidiéramos a explorar las tierras que, hasta entonces, veíamos con anhelo desde el horizonte dibujado, cada tarde, ante nuestros ojos desde la atalaya de la Chinchibarra.
Son muchos los agradecimientos que le debo a PRYCA. Uno de los mayores es el descubrirnos, a mí y a otros muchos, las Carreras Populares. Estas carreras se convirtieron en un referente para todos los jóvenes y no tan jóvenes de la ciudad. Familias enteras, colegios enteros, miles de adultos se lanzaban a la calle a participar en este multitudinario evento que nos llevaba a recorrer las calles de nuestra ciudad. A los más jóvenes nos daba la posibilidad de poder transitar con total libertad por espacios que sólo habíamos podido contemplar a través de los cristales de un auto. Riadas de personas tomaban las calles ansiosas por culminar el recorrido, haciéndose merecedores de un completo avituallamiento final que daba ánimos recobrados para esperar con ilusión el sorteo de numerosos premios que se realizaba al finalizar la prueba. Lo vivíamos tal cual hoy lo recuerdo, como un día inolvidable.
Haber formado parte de este evento nunca se ha escapado de mi mente, una sonrisa toma mi rostro cada vez que lo recuerdo. Por partida doble cuando rememoro que además de su versión de carrera a pie, también había su modalidad de paseo en bicicleta, patrocinio de equipos deportivos como los de baloncesto femenino como el CB PRYCA... Como digo, recuerdos de vida que van para siempre asociados a PRYCA, logro que ansían alcanzar los gurús del marketing conseguir que una marca quede para siempre grabada en la mente del consumidor. algo imborrable, más aún cuando las calles del barrio estuvieron pobladas durante años por las camisetas conmemorativas de este día. Desde aquí, para recordar este evento, podríamos recuperar un recuerdo que de muchos invadiendo las redes sociales con fotografías en las que apareciésemos luciendo esta prenda que ha sido de todos.
Resulta asombroso, desde la perspectiva que da el tiempo, ser consciente de la especial vinculación de PRYCA con Salamanca. Era tal la intensidad de la relación que incluso llegó a abrir una segunda sucursal, PRYCA 2 se llamaba. Allí se podían encontrar servicios para un segmento muy concreto de la población salmantina: el de aquellos que, como nosotros en nuestra infancia, soñaban vivir las aventuras propias de la edad adulta pero con otra clase de compañías.